Puede que Real Madrid y Barcelona encuentren más fácil mentalizarse para el clásico de mañana a las 16 por la Liga Santander, debido a que ambos equipos pasarán las horas previas al encuentro encerrados en el mismo hotel.
Para minimizar la perturbación de las protestas independentistas previstas para esa tarde, la policía ha recomendado que los dos equipos se queden en el mismo hotel durante las horas previas al partido y realicen el corto viaje hasta el Camp Nou al mismo tiempo.
"Nos dijeron que salgamos juntos del hotel y lo haremos", dijo el martes el técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane. "No hay que explicar más. Lo importante es que juguemos el partido".
La protesta, que tendrá lugar en varias zonas de los alrededores del estadio cuatro horas antes del inicio del partido, ha sido convocada por Tsunami Democratic, el grupo que organizó concentraciones tumultuosas en el mes de octubre en respuesta a las penas de prisión de varios líderes independentistas catalanes.
Esas protestas llevaron a los organizadores de la liga a aplazar el Barça-Real Madrid previsto para el 26 de octubre, y cuando se anunció la manifestación del miércoles, surgió el temor de que el partido tuviera que ser suspendido de nuevo.
Pero las autoridades han prometido que el partido se disputará y Tsunami Democratic, que dice que 25.000 personas asistirán a la protesta, dice que no tiene la intención de interrumpirlo, sino que tan solo quieren pedir un diálogo entre las autoridades españolas y catalanas.
A pesar del énfasis en la seguridad antes del partido, Zidane dijo que sólo está preocupado por el choque, que llega en un momento perfecto: el campeón Barcelona lidera la clasificación, superando por diferencia de gol al Madrid.
"Nosotros debemos pensar que se va a jugar. Lo de fuera, podemos estar hablando una semana. Nosotros ponemos nuestra energía en el terreno de juego", agregó el DT.
Zidane no podrá contar con su fichaje estrella, Eden Hazard, ni con el defensa Marcelo. (Reuters)